La Muestra

“Vichar” algo que es inquietante pero no daña

 

    X pinturas de pequeño formato, X de mediano formato y una de gran formato, componen la Muestra, trabajadas en óleo sobre tela - en muchos casos lienzo, y en otros, telas encontradas e intervenidas con tintas-. Junto con cuatro dibujos en técnica de carbonilla, y una instalación que integra las paletas usadas por la artista para mezclar sus colores –platos antiguos-.

    Aparecen mundos implicados con elementos fantásticos. Niños y niñas en silencio, criaturas mágicas en tránsito. Amuletos, calderas humeantes, objetos personales que se reiteran. Nieblas, destellos, lagunas, cielos. Días y noches. Paisajes de naturaleza, escenarios interiores. No faltan los pájaros misteriosos o “piquitos”, que desde hace tiempo la acompañan y se convierten en talismanes de algunos personajes.

    El criterio de selección y producción de las obras, responde a que remitan a la niñez. Y a que aborden esta fase vital hibridando distintos tiempos, -trayendo diferentes pasados-, y distintas referencias –documentales, fotográficas, y otras totalmente imaginarias-.

    Propone al observador “vichar” algo que puede ser inquietante, pero no daña. Esta premisa de cuidado se aprecia contundentemente en la deficnión de toda la obra. En esta línea, las imágenes tienen además, un cierto peso e influjo. Los niños o los objetos integrados en las obras, tienen una posición y energía que resultan llamativos y un tanto estremecedores. Y poseen dentro de los cuadros que habitan, un arraigo en la memoria y el lugar que los relaciona fuertemente con los demás elementos de cada espacio. Por ejemplo, cuando la esencia de los personajes repica en animales y talismanes, o en superficies reflectantes, brindando al espectador un inexplicable impacto.